Esta noche ha pasado el Ratoncito Pérez por casa. Aún quedan algunas muelas de leche que mudar por ahí, así que no será la última vez que venga.

El caso es que yo nunca lo he visto, pero pienso que puede ser tal que así:

Vamos a decirlo todo: alguna vez ha tenido algún despite y a saber dónde habrá ido, porque a nuestra casa no ha llegado el día que correspondía. Pero hoy ha sido puntual, silencioso (como casi siempre), y generoso. Así que hemos hecho un tag en su honor. Él lo vale.

Aún queda infancia en casa. No hay más que oir los grititos de ilusión por la mañana cuando se descubre que en la cajita del hada de los dientes (es que el Ratón y el Hada son colegas de trabajo y amigos) el diente ha desaparecido y en su lugar hay… ¡sorpresa!