Tal vez podría escribir los versos más tristes esta noche, pero ni soy poeta ni es de noche. Y sería plagio.

Empezamos mal.

Hoy es 11 de marzo, y tal día como hoy hace tres años, la OMS reconoció «la pandemia». Algunos años antes, tal día como hoy también, hubo quien entró en un vagón de metro… y fin. Fin para esas personas y vida truncada para muchas más, ¿o hay quien piensa que con la muerte solo cambia la realidad y la esencia del que se va?

Mientras tanto, en este 11 de marzo de hoy, estoy aquí… en casa. En casita, que aún dirán por ahí. Una casa que, además, pago en céntimos, para que nunca olvide que el poder y el señor don Dinero mandan.

Mientras tanto también, me estoy acabando un libro que no ahorra en detalles sobre la devastación del huracán Katrina y cómo arrastró todo a su paso en un verano normal.

Todo eso (y más) tal día como hoy.

Yo no sé si «casa» es un lugar seguro más allá de cuando juegas al pilla-pilla. Pero todo esto lo contaría mejor un poeta, de noche, y sin plagio.